
Hubo una vez una amorío en este edificio, fue el tipo de amorío que todo edificio que se respete conserva como leyenda.
Poco a poco fue creciendo el rumor gracias a un inocente, por cierto ¿ya lo has escuchado?
Él era perfecto, excepto por el hecho de ser ingeniero, y las madres prefieren doctores y abogados.
Apesar de esta imperfección, él se veía pulcro y respetable.
Y nunca encontraras a una madre que no aprecie a un hombre natural.
Así que dejó crecer unas saludables sábilas junto a la ventana.
como los saludables dientes de su boca y el saludable cabello de su cabeza;
dejo crecer el saludable cabello café de su cabeza. Ese mismo que los bebes siempre buscan, con sus pegajosos dedos.